Jorge Almirón disputará su segunda semifinal de CONMEBOL Libertadores como entrenador cuando, al mando de Boca Juniors, le toque enfrentar al poderoso Palmeiras de Brasil en una serie que iniciará en La Bombonera y terminará en tierras paulistas.
El director técnico de 52 años ya sabe lo que es atravesar esta experiencia decisiva a nivel internacional. Dirigió al Lanús finalista de 2017, equipo que llegó a dicha instancia tras eliminar a River Plate, el llamado a ser favorito de aquella edición, en una serie de 180 minutos polémica y en la que el Granate revirtió un marcador que en los papeles era imposible.
Este enfrentamiento entre argentinos también contó con un condimento especial: fue el debut del VAR en la CONMEBOL Libertadores. La tecnología llegó a Sudamérica en aquel momento e hizo su aparición estelar para las semifinales de la competencia, algo que sin dudas iba a impactar en el resultado final.
La ida se jugó en el Monumental. Gallardo y Almirón estuvieron cara a cara en un primer partido que tuvo una mayor posesión de River. El Millonario también contó con las opciones más claras, aunque Esteban Andrada prácticamente no tuvo intervenciones en aquel cotejo. Almirón apostó por su clásico 4-3-3 y aguardó más atrás en busca de una contra que complicara a la defensa del local, que aprovechando el contexto intentó terminar esa primera semi con al menos un gol de ventaja.
Ignacio Scocco fue autor del único tanto de ese partido. Aprovechó un rebote de Andrada tras el remate del Pity Martínez y facturó a falta de nueve minutos para el final. Esa situación, sumado a un remate de Pinola que se estrelló en el palo derecho de Andrada, fue lo más claro para el Millonario en el Monumental. Por su parte, Lanús solamente amenazó con la velocidad de Lautaro Acosta sin inquietar a Germán Lux. Otra cosa llamativa es que, si bien no encontraba la solución en el juego, el DT del Granate solamente efectuó dos modificaciones, guardándose una.
El primer encuentro terminó favorable a River, que con esta ventaja sumada a la experiencia internacional que venía cosechando con Gallardo llegaba al estadio de Lanús con todos los boletos para enfrentar a Gremio o Barcelona en la final del certamen. Y la noche comenzó mucho más favorable para los de Núñez.
Lanús tuvo la titánica tarea de revertir este partido que inició 2-0 abajo a los 23 minutos de juego gracias a los goles de Scocco (de penal) y Gonzalo Montiel. En aquel entonces, los goles de visitante en la CONMEBOL Libertadores aún 'valían doble', por lo que los locales debían anotar cuatro tantos si deseaban pasar de fase. Como se mencionó anteriormente, el VAR tuvo un rol fundamental en este partido, tanto en lo bueno como en lo malo. Su primera polémica fue una posible mano de penal a favor de River a los 40 minutos. Scocco controló un pase bombeado, enganchó y la pelota dio en el brazo de Marcone, situación que no fue revisada cuando el cotejo aún iba 2-0.
El sueño de la remontada inició con el inoxidable goleador José Sand, quien con su definición a los 45 minutos de la primera etapa hizo que el estadio Néstor Díaz Pérez creyera en la posibilidad de sacar el encuentro adelante.
Apenas a los 45 segundos del complemento, otra vez el Pepe demostró que su olfato goleador era indefendible y anotó su segundo gol en la noche para empatar el marcador y dejar al Granate a dos tantos de la final. River tuvo la chance del 3-2 en los pies de Scocco dos minutos tras el gol de Sand, pero Andrada se quedó con el mano a mano.
Lautaro Acosta se encargó de hacer delirar las tribunas del estadio y de poner las cosas 3-2 en otra situación polémica. En la acción anterior al gol, Román Martínez le propinó un golpe en la cara a Rojas, algo que no fue advertido por la tecnología y que podría haber sido expulsión para el volante.
El anhelado cuarto gol, ese que parecía estar muy lejano tras el 0-2 de Montiel, llegó también con otra decisión tomada con el VAR, que tuvo su intervención estelar. Gonzalo Montiel tomó de la camiseta a Silva, quien picaba al vació para recibir el pase filtrado y quedar cara a cara con Lux. La sujeción del lateral de River no fue sancionada en primera instancia pero, tras ver las repeticiones, el juez Roldán decidió darle la pena máxima al Granate, que fue convertida por Alejandro Silva con mucha clase. Si bien el Millonario tuvo sus chances para anotar el descuento y conseguir la clasificación, finalmente el equipo de Almirón cumplió la hazaña, eliminó a los de Gallardo y tuvo la oportunidad de jugar una histórica final ante Gremio, donde la situación fue diferente.
En esta edición 2023, Jorge Almirón y su Boca tendrán una definición inversa a aquella de 2017. Contarán con el apoyo de su gente en los primeros 90 minutos y luego tendrán que cerrar los 180 en Brasil ante el actual bicampeón y quien llega con el sueño del tricampeonato. El entrenador deberá plantear muy bien el juego de La Bombonera e intentar conseguir una ventaja para que la estadía en Allianz Parque sea lo más amena posible.
A pesar de no contar con una idea de juego tan definida como en aquel Lanús (con un 4-3-3 marcado y formación con nombres 'de memoria'), en el Xeneize cuenta con un abanico de opciones mucho más amplio a la hora de decidir qué tipo de partido desea plantear. Así lo demostró desde que llegó; no se ha encasillado en un sistema y varió siempre dependiendo del rival. Pasó del 4-4-2 al 4-3-3 a la sorpresa del 5-3-2 (o 5-4-1) en algunos partidos puntuales. Llegó la hora que Almirón muestre todas sus cartas, deje a la vista de todos que el puesto le sienta perfecto y proponga un compromiso en el que su Boca avance un casillero más en la búsqueda de este preciado título que es la CONMEBOL Libertadores.